Primer festival de fotografía para todos

El Nano Festival surgió de las redes sociales, como contacto entre fotógrafos amateurs y profesionales. Después, los amigos virtuales cruzaron el límite. Ahora se reunirán en el Centro Cultural Borges.
El Nano Festival que se realizará del jueves próximo al domingo 1° de mayo, con el lema "Todos somos fotógrafos", demuestra de manera excelente cómo aquellos límites se están borrando cada vez más rápido.
Todo comenzó con la iniciativa de cuatro personas que, obviamente, aman la fotografía y quieren difundirla. Ellos son Daniel Merle, editor de la revista y los suplementos de La Nacion; Mateo Eras, ingeniero en telecomunicaciones y pionero de la transmisión satelital de fotografías periodísticas digitales; Fernando de la Orden, fotógrafo de Clarín, y Manuel Fernández, retocador e impresor fotográfico, en las vertientes analógica y digital.

A través de los sitios Facebook, Twitter y Flickr, y con un hombrecito con corazón de cámara, Nano, como logo, los organizadores pidieron que les mandaran fotos.

Fue como si tiraran una botella al mar, con mensajes que tal vez alguien leería. Pusieron consignas temáticas. La primera convocatoria, en la que pidieron autorretratos, recibió "a vuelta de correo" 950 fotos. La segunda, "Nano busca un autor", se tradujo en 1053 imágenes, y la tercera, sobre fotografía callejera, duplicó el número de interesados: 2070.

Dice Merle: "El mundo virtual en el siglo XXI puede evaporar las relaciones humanas, diariamente, al ritmo frenético de miles y miles de clics. Uno de esos clics, disparado por una cámara fotográfica, fue el punto de partida para la creación del Nano Festival de Fotografía, el primer evento de estas características que se gestó, creció y se consolidó íntegramente en las redes sociales. De lo virtual a lo real no hay un clic, ni varios, sino muchas personas de carne y hueso con ganas de mostrar sus fotos, y otras muchas más con el deseo de verlas. Nosotros, los nanos, nos encargamos de juntar, en el Centro Cultural Borges, a toda esa gente. Y además queremos atraer a los que casi no usan Internet para que vean lo que en ella se está gestando en materia de fotografía. Por eso, los visionados de portfolios cuentan con la participación de los principales nombres de la fotografía argentina actual".

"Visionados" y "visionadores" derivan del verbo "visionar", en su acepción de "ver imágenes desde un punto de vista técnico o crítico". Durante el festival, fotógrafos aficionados podrán mostrarles sus carpetas a otros muy consagrados, como Juan Travnik, Virginia Fabri, Adriana Lestido, Marcos López y Marcos Zimmermann. Ellos las "visionarán", y les darán consejos y opiniones.

Habrá también diversas muestras individuales y colectivas convocadas por las redes sociales y una mesa debate, el sábado 29 a las 18, sobre la pregunta "¿somos todos fotógrafos". Los panelistas seránn Martín Caparrós, Eduardo Gil y Raúl Perrone.

Este encuentro cercano del tercer tipo se desarrollará en el Centro Cultural Borges, en las galerías Pacífico. Será una buena oportunidad para conocer nanos y, dentro de lo posible, fotografiarlos.


Inauguración:

Jueves 28 de abril 19 hs. Centro Cultural Borges (Viamonte esq. San Martín). Sala 23.

Exposiciones:

* Autorretratos. 40 autores seleccionados sobre 950 fotos enviadas en Flickr

* Fotografía Callejera: 22 autores seleccionados sobre 1.073 fotos enviadas en Flickr

* Lucas Ricart. Elegido por votación de los usuarios de Flickr

* Laura Torres Gandía. “Despertares” Elegida por votación en Flickr

* “Viajes”, por Leo Vaca

Visionado de portfolios:

Los días 28, 29 y 30 de abril. De 10 a 12, y de 14 a 18 hs.

Visionadores: Juan Travnik, Fabiana Barreda, Adriana Lestido, Marcos López, Marcos

Zimmermann, Virginia Fabri, Daniel Merle, Julieta Escardo, Fernando Gutierrez, Dani

Yako, Gabriel Díaz.

Debate:

¿Somos todos fotógrafos?. Sábado 30 de abril a las 18 hs. C. C. Borges, Sala 23

Panelistas: Julián Gallo, Eduardo Gil, Raul Perrone, y Martín Caparrós.

Moderador: Daniel Merle

MUESTRA FOTOGRAFICA "JAZZ, JAZZ, JAZZ"

Jazz, jazz, jazz. La muestra podrá visitarse hasta el 30 de mayo, en la Galería Jorge Mara-La Ruche (Paraná 1133), de lun. a vier. de 11 a 13.30 y de 15 a 19.30, y los sáb. de 11 a 13.30.




Según cierta anécdota conocida, un saxofonista -omitamos por piedad su nombre- intervino en una sesión de estudio con Thelonious Monk. Concluida la grabación, le pidió al pianista repetir su solo; estaba seguro de que no había sido particularmente inventivo y creía poder hacerlo mejor. La respuesta de Monk fue inapelable: demasiado tarde, debería haberlo pensado antes. En el jazz, no hay vuelta atrás. Pueden encontrarse algunas variantes de este incidente musical; a veces circula con otros nombres propios y otras circunstancias, pero el final es siempre el mismo: la dirección única de la improvisación. Una vez tocada y cerrada sobre sí misma, aquello grabado espera solamente la recompensa o el escarmiento que depara la provisoria eternidad del registro.

Antes de su entrada en la era digital, también en la fotografía existía una zona de improvisación que ponía en juego la pericia para interactuar con la luz, el objeto, el cuadro, el instante. Sobre todo, la fotografía habitaba en la incertidumbre acerca de la imagen, oculta hasta el revelado. Encontramos allí un símil. El improvisador de jazz reconoce plenamente lo que hizo sólo cuando lo escucha grabado, pero no durante la ejecución. No es casual que en la fotografía y en el jazz se hable de "tomas"; ambos, el jazz y la fotografía, funcionan a golpes de takes , y lo que vemos en una toma fotográfica encierra una verdad sobre la take de jazz. A veces, incluso, depara una verdad crítica, como en las fotos de William Gottlieb, que trabajó de fotógrafo nada más que diez años, de 1939 a 1948, la edad de oro del bebop . El hecho de que Gottlieb empezara a fotografiar músicos para ilustrar las críticas que él escribía no debería pasarse por alto. El crítico precede al fotógrafo y, en cierto modo, lo determina. Todo lo que Gottlieb mira, lo mira con ojos críticos.

Un género en sí mismo, la foto de jazz tiene una tradición y una historia por derecho propio, con sus héroes particulares, que corre paralela a la del género. Así como el jazz nunca habría sido lo que es sin la aparición del disco, tampoco, más frívolamente, sería lo que es sin las fotos que registran a sus músicos. Cuando es buena, la foto de jazz depara la ilusión del sonido, pero del único sonido que corresponde al músico retratado. Es la evidencia histórica de ese sonido idiosincrásico y adquiere por lo tanto una inaudita significación estética. Ningún fotógrafo puede contar, materialmente, la historia entera del jazz, pero en cada una de estas fotos, de esas partes de la historia, en cada de uno de los cuerpos que aparecen en ellas, está su espíritu completo; y esto incluso cuando los músicos no están tocando. Basta pensar en la secuencia de tres fotos de Allan Grant en la que el trompetista Dizzy Gillespie y el saxofonista Benny Carter se saludan. Tenemos en esa serie algunos atributos del bebop : la contraseña destinada al principio sólo a los iniciados, el juego, el lenguaje cifrado.

Ese espíritu recorre Jazz, Jazz, Jazz, la muestra que podrá verse, desde el próximo lunes hasta el 30 de mayo, en la galería Jorge Mara-La Ruche. La exposición, un sueño realizado para cualquiera que ame el jazz, irá luego al Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde se completará con ciclos de cine, conferencias y jam sessions . Apasionado del jazz, y de la música en general, Mara reunió devotamente fotos de, entre otros, Herman Leonard, Francis Wolff, Don Hunstein, Roy Decarava y de Hermenegildo Sábat, de quien también pueden verse sus acuarelas dedicadas a músicos de jazz. Aunque no hay un orden cronológico, el recorrido empieza con una foto de los años veinte y progresa luego hacia las décadas de 1950 y 1960. Son en total veintidós fotógrafos, y un pintor y fotógrafo -el propio Sábat-, que se impusieron la misión de fijar lo pasajero y de que eso pasajero quedara, sin perder su condición de obra de arte, como testimonio.
"La fotografía es pintura con luz", definió una vez Herman Leonard. El relato diseñado por la muestra sigue ese mismo itinerario: de la foto a la pintura. Ya sea en un extremo o en el otro, esas imágenes no sustituyen la música; sin embargo, la incluyen, la organizan en figuras, consiguen el milagro de que la escuchemos en su ausencia.



HERMAN LEONARD, LA MIRADA SECRETA


Se le deben a Leonard por lo menos tres fotos decisivas: una, moderadamente cenital, en un picado divino, que muestra a Charlie Parker con el pianista Lennie Tristano y el guitarrista Billy Bauer. Otra, uno de los retratos más emblemáticos de la historia del jazz: Dexter Gordon, en un ligero contrapicado, envuelto en humo y con el desinterés propio del dandy.

Pero la tercera es la más narrativa de todas ellas, aunque no porque se cuente allí una historia sino porque narra, en un encuadre, la naturaleza gregaria del género. Con pose elegante y pelo recogido, Ella Fiztgerald canta a contraluz. Desde una mesa, en primera fila, la miran hechizados, con ojos iluminados, Duke Ellington y Benny Goodman. Es un golpe de genio de Leonard. En lugar de mostrarnos directamente a Ella, nos muestra la admiración inapelable que Ellington le profesa, lo que finalmente nos la descubre de manera más decisiva de lo que lo hubiera hecho un simple retrato. La mutua admiración de los músicos de jazz, el reconocimiento de la deuda de honor que unos mantienen con otros, es una de las condiciones de posibilidad de la tradición jazzística. Leonard cumple así con su programa: "Mostrar a los artistas de jazz con la mejor luz posible. Contar la verdad, pero hacerlo en términos de belleza".


FRANCIS WOLFF, LA POSE


Richard Avedon sentía que la gente se acercaba a él para ser fotografiada del mismo modo que iban a un doctor o a una adivina: para descubrir cómo eran. Francis Wolff podría haber dicho lo contrario; parece ser él quien va hacia el fotografiado. La pose no está en el músico; la pose es una conquista del fotógrafo, que la encuentra y, al encontrarla, en cierto modo la inventa.
Wolff había llegado de Europa, huyendo del nazismo, como Alfred Lion, que hacia 1939 había fundado Blue Note, el sello que, desde principios de los años cuarenta, administrarían juntos, como una sociedad de aficionados. Wolff fue documentando pacientemente cada sesión de grabación, y muchas de sus imágenes terminaron luego en las tapas de los LP, a veces recortadas o reencuadradas por el diseñador Reid Miles. Wolff y Miles inventaron una manera completamente nueva de concebir el arte de tapa, que solía mantener una relación, a veces directa, a veces ambigua, con el título del disco.

Muchas de esas fotos fueron tomadas en los estudios del ingeniero de sonido Rudy Van Gelder. Primero, en el que el ingeniero había montado en el living de la casa de sus padres, en Hackensack, Nueva Jersey, reconocible en las fotos por una persiana americana a la izquierda del piano. Luego, a partir de 1959, en otro, mucho más amplio, que Van Gelder instaló en Englewood Cliffs. El cambio de locación modificó también radicalmente las fotos de Wolff. Con más espacio, el fondo de sus fotos desaparece. Wolff trabajaba con la cámara en la mano izquierda y el flash en la derecha (estilo "Estatua de la Libertad"), al modo de los viejos reporteros gráficos. En su afán por conseguir la iluminación correcta, tiraba tanto del cable del flash que debía luego soldarlo en la cabina de Van Gelder. A ese flash inestable se le debe la dramática iluminación de las fotos de Blue Note. En las imágenes de Wolff, parece ser siempre de noche, round about midnight , podría decirse. Mientras graban Blue Train , colmo radiante del hard bop , Coltrane y Lee Morgan miran a Curtis Fuller, casi fuera de campo, visible únicamente por la campana de su trombón. En otra foto, Herbie Hancock, muy joven, tan concentrado como la música que tocaba en la década de 1960, se recuesta sobre el piano, acariciado por el humo de un cigarrillo ajeno. Detrás de ellos no hay nada. El flash ilumina a los músicos como un farol callejero o como la luz pasajera que precede a la tormenta. Según Van Gelder, en esas sesiones "Art Blakey era el trueno y Francis, el relámpago".


DON HUNSTEIN, EL TESTIGO


En las notas originales para Kind of Blue (1959), de Miles Davis, el pianista Bill Evans comparó famosamente el procedimiento seguido para improvisar en ese disco con cierta práctica de la pintura japonesa en la que el artista se veía obligado a ser espontáneo y en la que las borraduras y las correcciones estaban vedadas. También las fotografías de Don Hunstein podrían haber sido ese término de comparación. En sus años como fotógrafo del sello Columbia, Hunstein realizó innumerables retratos, pero ninguno resultó quizá tan fulminante y revelador (salvo tal vez los de Bob Dylan y su novia Suze Rotolo caminando en la nieve neoyorquina, uno de los cuales terminaría en la tapa del LP The Freewheelin' Bob Dylan ) como aquellos que tomó en las sesiones de Kind of Blue , uno de los discos más influyentes de la historia del jazz, grabado con premisas musicales mínimas, apenas unos apuntes llevados por Davis.
Vemos a John Coltrane, a Cannonball Adderley, a Miles Davis y a Bill Evans. Los saxofonistas tocan y los otros dos miran el piano. ¿Es un ensayo o una grabación? En el caso de Kind of Blue , esa diferencia fue un expediente irrelevante. Perdido en el 30th Studio que Columbia tenía en Manhattan -enorme salón recubierto de panales de madera que había sido una iglesia armenia y que ya no existe-, Hunstein aisló la condición experimental, y a la vez feliz, tremendamente relajada, del disco.



CHUCK STEWART, EL MOVIMIENTO


I play the camera , "Toco la cámara", respondió Chuck Stewart cuando Count Basie le preguntó qué hacía mezclado entre los miembros de su banda. Otro pianista, Billy Taylor, decía de Stewart que había sido influido por los músicos que retrataba y que sus fotos demostraban que también él, como los músicos, sabía improvisar y componer al mismo tiempo. A semejanza de los improvisadores, el fotógrafo pensaba por adelantado, tenía cierto plan. Stewart conocía tan bien a los músicos que podía anticipar gestos y reacciones en sus actuaciones, y aun fuera del escenario.
Junto con el rostro de perfil de Eric Dolphy y el retrato doble de Archie Shepp y Coltrane que sería la tapa de Four for Trane , la foto de Betty Carter en plena actuación es posiblemente la más célebre de Stewart. La extroversión vocal de Carter está toda allí. Reproduce sus rasgos en el instante de máxima intensidad. La torsión del cuerpo de Carter, el índice y el pulgar de la mano derecha que sostienen en el cable del micrófono en un chasqueo frustrado, la vena del cuello marcada y, muy en segundo plano, la sonrisa del pianista Walter Davis Jr. son un símil visual del swing, indefinible desde siempre, aunque persuasivamente reconocible en la imagen.



Festival Fotografico NI


Este Festival esta dirigido a todas/os los fotógrafas/os del país, que a raíz de las nuevas tecnologías digitales, han podido sumergirse en el mundo fotográfico, abriendo un nuevo momento de democratización en la imagen.
Este nuevo panorama, vuelve a poner en discusión, conceptos como fotoperiodismo, fotografía documental, de ensayo, de autor, en definitiva podemos volver a repensar cual es el rol y cual es la forma de lenguaje propia que hoy tiene la fotografía. Es por esto que necesitamos generar un espacio para las/os nuevas/os emergentes, las nuevas miradas, que han encontrado en la fotografía de hoy, su forma de expresarse y de comunicarse.
Hacer algo nuevo ¿Sera posible?
Por lo menos este es un intento. Intento de buscar fotografías y fotógrafos que por la pura gana de hacer, registran lo que ven. Intentos, búsquedas, ensayo y error. Dentro de todo esto creemos que esta lo nuevo en nuestro país. La fotografía institucionalizada, los grandes nombres de la fotografía nos sirven como punto de partida como maestro de nuestros ojos, luego como todo hijo que tiene que encontrar su propia identidad, viene la pelea, la ruptura.
La idea que tenemos desde este Festival es tratar de ver que pasa allá afuera, que pasa con esta tecnología digital que genera un gran caudal de imágenes. Y sobre todo que pasa con esas cámaras en mano de jóvenes fotógrafos o futuros fotógrafos.
Espíritu del Festival:
Qué es la fotografía sino esa pasión que nos impulsa a congelar un instante en el tiempo, sintiendo la satisfacción de haberlo logrado, de sentirse realizado, pleno. Aunque solo sea un instante fugaz que luego nos vuelve a dejar vacíos, pero es justamente ese caer en el vacío que nos impulsa a seguir fotografiando, a seguir creciendo.
Una búsqueda continúa a nuestros grandes temores, a nuestras grandes incógnitas, desde esa mirada única que hay en cada uno/a de nosotros/as.
Esta búsqueda, este camino, es parte fundamental de la creación y la obra, una visibilización de los pasos secos que se van dando.
"Ser uno mismo es un proyecto" decía un maestro Guatemalteco
Comité organizador Liliana Contrera, Cecilia Antón, Walter Sangroni

Bases
http://www.barilochexpone.com.ar/pdf/festival_fotografico_ni.pdf

CONCURSO - GENTE DE MI CIUDAD

El Banco Ciudad convoca al XII Concurso Fotográfico Banco Ciudad destinado a profesionales y aficionados de la fotografía artística. El tema que comprende este concurso es el de “Gente de mi Ciudad”. Esta convocatoria está abierta a todos los aficionados y profesionales residentes en el país, y tiene por objetivo estimular la creatividad, propiciar las producciones artísticas independientes, divulgar aspectos y costumbres sociales y promover la difusión y conservación del patrimonio cultural.





GANADORES DEL CONCURSO "CREENCIAS Y RELIGIONES"

1º PUESTO - PABLO SERGI






2º PUESTO - MAXIMILIANO DICOLA

La piedad

MATIAS GROSSO





3º PUESTO - ENRIQUE GURPEGUI

Las Monjitas del Jardin Japones





DIALOGO CON LA FOTOGRAFIA "CONCURSO FOTOGRAFICO"


"Creencias y religiones"



CONCURSO FOTOGRAFICO

Subí una foto al muro del concurso en Facebook y ganate una beca del 50% del total, para participar de los talleres de fotografía "Diálogo con laFotografía"

BASES Y CONDICIONES

Podrá participar cualquier persona interesada en la fotografía, residente en Bs As, Argentina y mayor de 18 años.

TEMA: "Creencias y religiones"

Los participantes podrán subir unicamente UNA foto por persona desde el 7 de abril a las 19:00 hs; hasta el 14 de abril a las 19:00 hs

Las votaciones son libres, cualquiera, participe o no del concurso, podrá votar la foto que más le guste o interese (con solo poner "me gusta").

GANADORES

Las 3 fotos más votadas (con mayor cantidad de "me gusta") serán consideradas ganadoras, cuyos autores recibirán como premio media beca para participar de los talleres de Fotografía 2011 - Dialogo con la Fotografía.

En las sedes de Belgrano (jueves de 19 a 21 h),
y de Vte. López ( Lunes de 9:00 a 11:00 h o de 18:30 a 20:30 h)


PARTICIPÁ tenes tiempo hasta el 14 de abril!!!

subí tu foto

Dialogo con la Fotografía
www.dialogoyfotografia.com.ar
dialogoconlafotografia@hotmail.com

ULTIMAS VACANTES !!!!!


Quedan los últimos lugares disponibles para participar de los Talleres de Fotografía


"DIALOGO CON LA FOTOGRAFIA"




LUNES de 9:00 a 11:00 h en Vte López
(Comienzan el 25 de Abril)

JUEVES de 19:00 a 21:00 h en Belgrano
(Comienzan el 5 de Mayo)




RESERVA TU LUGAR ESCRIBIENDO A:
dialogoconlafotografia@hotmail.com

O LLAMANDO AL:
15 6303 3830


También sigue abierta la inscripción para los Talleres de Fotografía que se dictan en Biblioteca Sudestada los días:

Lunes de 18:30 a 20:30 h


o los días:

Viernes de 19 a 21 h