






si lo que sueño concluye en algo
no te apures ya mas, loco
porque es entonces cuando las horas
bajan, el día es vidrio sin sol
Bajan, la noche te oculta la voz
y además vos querés sol
despacio tambien podés hallar la luna”
Alejandra López
Con la selección Algunos escritores, Alejandra López parece enunciar ciertas ideas acerca del retrato fotográfico. Austera en el manejo de los recursos visuales, es sutil y certera a la hora de abordar la cuestión del parecido. En estos trabajos, late una noción de semejanza análoga a la que, en comentarios coloquiales, expresamos al decir que alguien tiene “un aire a” o “los gestos de”. Estas referencias, que habitualmente calificamos como impresiones personales, parecen más vagas y discutibles pues, en su condición un tanto subjetiva, apuntan a una concepción del parecido más inasible –quizás también más profunda– que las detallistas y puntillosas descripciones de una fisonomía. Pero al mismo tiempo presentan, para el fotógrafo, un desafío de mayor envergadura, ya que no se basan sólo en el registro de los aspectos exteriores más visibles y característicos.
Como lectora constante y apasionada, al fotografiar a escritores Alejandra López se encuentra en un mundo que le resulta familiar. Y, en muchos casos, la interpretación que hace de sus retratados se tiñe del conocimiento que tiene de las obras de éstos.
La delicada captura de una mirada o de un gesto, la iluminación empleada o la elección de un determinado fondo son algunas de las herramientas con las cuales López construye cada imagen. Pero lo crucial parece estar en la relación que ella logra establecer con el retratado en el momento de la toma. Una relación que, durante el tiempo de la sesión, se carga de complicidades y pequeños enfrentamientos. Un vínculo misterioso pero siempre intenso que luego, al mirar cada imagen, permite encontrar algo del retratado y algo de la retratista.
Los mundos fantásticos
de Ulrike Ottinger
Siete largometrajes y cuatro cortos de una de las artistas visuales más originales de Alemania. De espíritu forajido y ojo etnográfico, luchadora del universo femenino y sensible defensora de lo “otro“, lo marginal, lo “fuera de norma”, Ulrike Ottinger (Alemania, 1942) es imposible de encasillar en una única dramaturgia.
Ulrike Ottinger.
Una retrospectiva
Acompaña este ciclo de películas una muestra de sus fotografías en la FotoGalería del Teatro San Martín, que podrá visitarse entre el 7 de junio y el 3 de julio. Esta exposición itinerante, concebida por el Goethe-Institut en estrecha colaboración con la artista, muestra de forma singular cómo se complementan y enriquecen mutuamente las películas y las fotografías.